Síntesis sobre conocimiento para reducir la mortalidad de los corderos

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En estas páginas se presenta la situación actual sobre el conocimiento y las estrategias para reducir la mortalidad de los corderos.

Reduciendo la Mortalidad de los Corderos

La mortalidad media de corderos desde la ecografía (mitad de gestación) hasta el destete o venta se estima entre el  15-25% en todo el mundo, incidiendo de manera significativa en los resultados económicos. Sin embargo, existe una gran variabilidad entre rebaños, que oscila desde el 3% y hasta el 50% de mortalidad. La mortalidad del cordero es mayor en el día del nacimiento, y casi la mitad de todas las muertes ocurren en la primera semana de vida, pero el riesgo de morir sigue siendo mayor para los corderos durante el desarrollo temprano que para las ovejas adultas.

Las causas de la mortalidad de los corderos se han descrito en muchos países. Los corderos mueren debido a: 1) un proceso de parto difícil (distocia) que causa hipoxia (falta de oxígeno) o daños, 2) una incapacidad para adaptarse a las condiciones de vida postnatal, lo que puede conducir a inanición, abandono por parte de la madre (mis-mothering) e hipotermia, 3) enfermedades infecciosas, 4) malformaciones congénitas, 5) depredación y 6) accidente. La importancia relativa de estos factores dependerá de la edad de los corderos: así, los corderos recién nacidos son más propensos a morir por dificultad del parto (que puede resultar en muerte al parto, o contribuir a pérdidas por otras causas debido al daño del cordero), inanición e hipotermia, mientras que los corderos de más edad son más propensos a morir por enfermedades infecciosas. La prevalencia de las diferentes causas también está condicionada por el sistema de producción. Cuando los partos tienen lugar durante el periodo de estabulación, es más factible proteger al cordero de la hipotermia y la depredación, si bien son más comunes las mortalidades por causas infecciosas. En los sistemas al aire libre, los corderos pueden ser más propensos a morir de hambre, hipotermia y por depredadores, pero estarán menos expuestos al efecto de agentes infecciosos.

Los principales factores de riesgo que afectan a la mortalidad de corderos son los siguientes:

Nutrición de las ovejas: Las ovejas subalimentadas durante la gestación suelen producir corderos más ligeros y mostrar menor capacidad maternal (por ejemplo, dedican menos tiempo a lamer al cordero) y producen menos calostro y leche de peor calidad. Los corderos con poco peso al nacimiento, suelen tardar más en levantarse y empezar a mamar, tienen una mayor proporción de área superficial respecto al peso, de modo que pierden calor más rápidamente que los corderos más pesados, y tienen menos reservas corporales para mantener la temperatura corporal. Los efectos sobre el comportamiento de las ovejas y la producción de leche significan que estos corderos crecerán más lentamente y pueden ser más propensos a sucumbir a enfermedades infecciosas. La deficiencia de algunos oligoelementos o micronutrientes (por ejemplo, cobalto, selenio, yodo) en la alimentación de las ovejas reducen la supervivencia del cordero, especialmente si aquellas presentan alguna alteración clínica; sin embargo, la suplementación adicional de ovejas que no son deficitarias no mejorará la supervivencia.

Tamaño de la camada: Los corderos nacidos de camadas más grandes (trillizos o mayores) tienen muchas más probabilidades de morir que los corderos de partos simples o gemelares. Por lo general son más ligeros, lo que causará los mismos efectos que se describen anteriormente, pero también son menos activos, menos capaces de mantener su temperatura corporal, y más lentos para aprender a reconocer a sus madres en comparación con los corderos únicos y gemelos, incluso con el mismo peso al nacer. Esto puede ocurrir debido a la incapacidad de la placenta de proporcionar suficiente oxígeno y nutrientes a múltiples fetos, y la potencial incapacidad de las ovejas para suministrar suficiente calostro y leche.

Inexperiencia de las ovejas: Las ovejas que paren por primera vez son menos eficientes, tienden a tener partos más largos y parir corderos más pequeños, y pueden mostrar deficiencias en el inicio de la atención materna en comparación con las ovejas experimentadas, independientemente de su edad al primer parto. También son más vulnerables a influencias externas como la alteración en el parto.

Genética: Hay razas, líneas y progenitores dentro de cada raza que inciden en la dificultad del parto y en el vigor del cordero (es decir, la capacidad de levantarse y mamar rápidamente después del nacimiento). Estos caracteres son hereditarios, lo que sugiere que la selección puede mejorar la facilidad de parto y el vigor del cordero. También se sabe que existen diferencias entre razas y líneas genéticas tanto en la cantidad de cuidado materno mostrada como en la composición de leche y calostro.

Estrés: El estrés o las alteraciones durante el parto pueden provocar que el nacimiento se demore, lo que aumenta el riesgo de que los corderos sufran daños durante el parto y de que las madres reduzcan los cuidados mostrados hacia sus corderos. Una alta densidad de animales puede causar trastornos en el parto, aumentar las posibilidades de abandono maternal (mismothering) y disminuir la frecuencia de tetadas de los corderos.

Condiciones ambientales de la paridera: Las ovejas tienden a elegir un lugar adecuado para el parto (tanto en estabulación como al aire libre), y cuanto más tiempo pasa en ese sitio, mayor es el vínculo que se desarrolla con sus corderos. Cuando las ovejas se encuentran al aire libre eligen sitios resguardados para parir, con lo que los corderos tienen más protección contra la lluvia, el viento o la nieve; por lo tanto, es importante proporcionar lugares protegidos a las ovejas, para que ellas a su vez puedan ofrecer cierta protección a los corderos. Una deficiente higiene durante el parto aumenta las posibilidades de que los corderos recién nacidos ingieran patógenos mientras que su intestino es inmaduro y antes de que la transferencia pasiva de anticuerpos del calostro haya tenido lugar.

Muchas de las causas de la mortalidad de corderos se pueden prevenir. Un objetivo clave debe ser que el cordero ingiera una cantidad adecuada de calostro de la oveja tan pronto como sea posible después del nacimiento. Esto asegurará un buen vínculo entre la oveja y el cordero, evitará el hambre y la hipotermia, y protegerá al cordero de algunas causas de enfermedades infecciosas, ya que el cierre del intestino se producirá más rápidamente. Las acciones para mejorar la supervivencia del cordero implican la selección de animales con los caracteres más apropiados para el ambiente y el sistema de producción, proporcionando la nutrición suficiente a las ovejas, particularmente durante el final de gestación, y asegurando un ambiente tranquilo y limpio durante la paridera.

Cada granja o rebaño puede tener diferentes factores de riesgo y prevalencia para diferentes causas de mortalidad. La identificación de las principales razones de la mortalidad de los corderos y los factores de riesgo más importantes son clave para desarrollar una adecuada estrategia de mitigación. El registro de la mortalidad y la identificación de cuándo y por qué los corderos están muriendo, junto con los factores de riesgo a nivel del rebaño, ayudarán a mejorar la supervivencia del cordero.

• La mortalidad de los corderos se puede prevenir en gran medida, abordando las principales causas y factores de riesgo presentes en la granja.
• La nutrición apropiada de las ovejas, particularmente en el último tercio de la gestación, es el factor más importante para mejorar la supervivencia del cordero.
• También es fundamental proporcionar un ambiente adecuado para el parto, mantener buenas prácticas de higiene y el uso de la genética apropiada para el sistema de producción.

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