Esta entrada también está disponible en: Inglés Francés Italiano Turco

En estas páginas se presenta la situación actual sobre el conocimiento y estrategias para mejorar la eficiencia reproductiva

 

Mejora de la eficiencia reproductiva

 

El Reto

La eficiencia reproductiva de las ovejas se mide por la tasa de fertilidad (el porcentaje de ovejas paridas con relación al número de ovejas expuestas a la cubrición por los carneros o inseminadas artificialmente) y la prolificidad (el número de corderos nacidos por oveja parida). La relevancia económica de estos dos parámetros depende del sistema de producción. Así, la fertilidad es crucial para los sistemas lecheros donde la producción de leche es la fuente más importante de ingresos, mientras que la prolificidad es más relevante para los sistemas de carne. Se puede considerar como aceptable una tasa de fertilidad de alrededor del 90%, mientras que la prolificidad depende en gran medida de la raza ovina, variando de 1 a 4 corderos por oveja parida. En general, las razas de carne suelen presentar una prolificidad mayor que las razas lecheras.

La eficiencia reproductiva puede variar ampliamente dentro de una misma raza, con índices de fertilidad incluso inferiores al 70% y de prolificidad igual o menor a 1 cordero por parto. Es posible aumentar estos parámetros, dado que en los mejores rebaños de razas en no prolíficas se alcanza el 95-100% de fertilidad y 1,3-1,8 corderos por oveja parida, y hasta 3-4 en razas prolíficas de carne. Para optimizar la eficiencia reproductiva de un rebaño es fundamental considerar su manejo durante el ciclo reproductivo, de acuerdo con el potencial genético de la raza.

 

Conocimiento actual

Básicamente, una baja tasa de fertilidad se puede deber a diversos factores de manejo que afectan tanto al rendimiento reproductivo del macho como al de la hembra. De hecho, puede ocurrir que las ovejas no se quedan gestantes porque no hayan sido cubiertas, o porque no pueden concebir después del apareamiento o la inseminación artificial (IA). Además, es también posible que la gestación se malogre sin llegar a término o que se pierda alguno de los fetos durante la gestación (ver documento sobre Eficacia de la Gestación).

Las ovejas pueden no haber sido cubiertas por las siguientes razones: 1) las cubriciones ocurren durante el anestro; 2) la oveja tiene una condición corporal muy baja a la cubrición; 3) condiciones de salud deficientes; 4) la oveja ha parido demasiado recientemente; 5) escasa libido del macho; 6) relación demasiado baja entre el número de machos y hembras en el rebaño durante la cubrición; 7) errores ocurridos en el caso de sincronización del celo (pérdida de esponjas, dosis demasiado baja de eCG); 8) presencia de fitoestrógenos o micotoxinas específicas en la hierba pastoreada que pueden suprimir el celo de forma temporal o permanente; 9) en el caso de las corderas puede ser que no hayan alcanzado el estado de crecimiento y desarrollo necesario para lograr el éxito a la cubrición.

Cuando las ovejas se cubren pero no se quedan gestantes, las causas pueden ser: 1) mala calidad del ovocito; 2) mala calidad del semen; 3) patología del tracto reproductivo; 4) factores de estrés tales como el esquileo u otras prácticas de manejo; 5) estrés térmico; 6) errores en el programa de sincronización (dosis bajas de hormonas, errores en el tiempo de IA).

Las razones para una baja prolificidad en el ovino incluyen: 1) dieta baja en energía durante la época de cubriciones en ovejas que tienen una condición corporal  baja o moderada; 2) muerte prematura de embriones; 3) animales muy jóvenes o muy viejos; 4) dosis insuficiente de eCG si se utiliza un protocolo de sincronización de celos antes de la IA.

 

Estrategias

La mejora de la tasa de fertilidad es siempre posible cuando se encuentra por debajo del óptimo. Para ello es fundamental realizar una adecuada planificación. Los factores clave son dos: el manejo de las hembras, con especial atención a su nutrición, y un número adecuado de machos fértiles en el rebaño durante todo el período de cubriciones. La implementación de estas estrategias garantizará un índice de fertilidad cercano al óptimo (digamos 90-95%). Para ello, entre 6 y 8 semanas antes del inicio del periodo de cubriciones, el ganadero debe tener en cuenta las características fisiológicas (edad, fecha del último parto, nivel de producción de leche en los sistemas lecheros), el estado nutricional de las ovejas (condición corporal), y su estado de salud (parasitosis, vacunaciones). La nutrición debe ser adecuada para favorecer la recuperación de la condición corporal después del parto. Tres semanas antes de la cubrición o IA, las ovejas que tienen una condición corporal inferior a la puntuación óptima para el apareamiento (2,75-3,25 para las ovejas lecheras, 3,00-3,50 para las ovejas de carne) deben someterse a una dieta tipo flushing, basada en el aporte de alimentos concentrados tales como habas, cereal, altramuz, etc. o hierba de buena calidad. Otro aspecto importante para mejorar el índice de fertilidad es el manejo de los machos. El aislamiento de los machos durante 6-8 semanas antes de la temporada de cubriciones garantizará una buena respuesta del rebaño al “efecto macho”, especialmente si se combina con un número óptimo de sementales. Conviene prestar atención a la alimentación de los machos desde las 6-8 semanas antes del inicio de las cubriciones, ofreciéndoles buenos pastos y concentrados de calidad, con un nivel adecuado de minerales y vitaminas.

 

Próximos pasos

Los factores de riesgo y prevalencia para las diversas causas de baja fertilidad suelen ser diferentes y específicos para cada granja o rebaño. La identificación de las principales razones del fracaso de la fertilidad y los factores de riesgo más importantes, es precisamente clave en el desarrollo de estrategias de mitigación. El registro de los datos de fertilidad, la identificación de las ovejas que no paren y el por qué, ayudarán a mejorar la eficiencia reproductiva.

 

En resumen …

  • La baja fertilidad es prevenible, abordando las principales causas y factores de riesgo a nivel de granja.
  • La nutrición apropiada de las ovejas y de los machos, especialmente durante las 6 a 8 semanas previas a la época de cubriciones, es el factor más importante para optimizar la fertilidad.
  • Un manejo adecuado de los animales, manteniendo el rebaño en buen estado de salud (control de enfermedades), contribuye a aumentar de manera importante la eficiencia reproductiva del ovino.
  • Es crucial mantener una proporción adecuada entre el número de machos fértiles y de ovejas durante la época de cubriciones.
  • La baja prolificidad, dependiendo del sistema de producción y de la raza de ovejas, se puede prevenir mediante una nutrición adecuada en torno al periodo de cubriciones (flushing en ovejas con baja condición corporal), y el uso de programas de cruzamiento eficaces.
  •  

Contacto: Este documento ha sido preparado por Maria Dattena, Giovanni Molle, Sotero Salaris y Antonello Carta en el marco del WP2 del SheepNet. Para más información, consulte con su coordinador local del Grupo de Trabajo Científico y Técnico.

 

 

Esta entrada también está disponible en: Inglés Francés Italiano Turco